...intentando seguir creyendo en las hadas...

lunes

La luna en las copas

— Tiene que ser una maravillosa cena para dos. Quizá no probemos bocado, pero ha de ser maravillosa.
— Entendido, barón.
— Y, camarero…
— ¿Sí, barón?
— ¿Ve esa luna?
— Perfectamente, barón.
— Quiero esa luna en las copas.
— Sí, barón. (Apuntando). La luna en las copas.
(Un ladrón en la alcoba. Ernst Lubitsch. 1932)
No tengo la receta para la crisis, ni para la resaca, ni puedo rebajarte la hipoteca, ni los precios de las etiquetas, ni ayudarte a encontrar trabajo. No te sé decir si España ganará la Eurocopa, si seguiremos apostando a caballos que nunca ganan, luchando contra molinos de viento y disparando elefantes o si acabaremos siendo los primos del riesgo. No sé si nos expropiarán la ñ, si volveremos a hablar en pesetas, ni sé qué le diré a mi madre ahora que se empezaba a aclarar con los euros. No sé si seremos la próxima Grecia, ni si estamos pasando de la sartén al fuego, de Málaga a Malagón y de Guatemala a Guatepeor.
No sé si este calor es normal, si se debe al cambio climático o si Zeus se ha enfadado con nosotros. No sé si aconsejarte que inviertas en dólares, en oro o que lo apuestes todo al negro en Las Vegas. No sé si a Nadal le va mejor la tierra azul o la roja. No tengo ni la más remota idea de lo que le pasa a tu amiga, ni sé qué decirte para que vuelvas con tu novia, ni tampoco sé si el universo es cóncavo o convexo. No sé si Higuaín se va o se queda. No sé si los periódicos seguirán colgando el cartel de cerrado por derribo mientras la telebasura coloniza las pantallas.
No puedo aprobar tus exámenes, ni estudiar a tu lado ese ladrillo de Derecho Administrativo, ni conseguirte unas prácticas decentes. Ni siquiera sé si hemos tocado fondo aún  o si nos tiramos de cabeza cuando no cubría y así nos hemos quedado. No sé qué será de ti el día de mañana porque no sé qué será de mí durante el día de hoy.
Sólo sé que no sé nada y que esto estaba así cuando llegué.
Únicamente quiero ser el pianista de este bar disfrazado de blog y hacer que te olvides por unos instantes de la crisis. Me conformo con ser el ibuprofeno para tu Resaca, el chapuzón de la piscina, los hielos de tu copa y el Señor Lobo de tus problemas. Hago oposiciones para ser la risas enlatadas de tu serie, el aire del ventilador, las flores de tu pelo y la canción que bailas descalza. El borracho de tu boda, las páginas del libro que lee, la espuma de tu cerveza y el sonido de la caracola que te pegas a la oreja. El amigo que te separa de las peleas a las 5 de la mañana, el silencio de tu despertador y el verdugo de tus penas. 
Yo sólo quiero ser el que te ponga la luna en las copas.
 
Fragmento del post de La luna en las copas.

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