Una semana. Exactamente una
El viernes 6 de junio se habrá acabado. Y para siempre.
No hay vuelta atrás,y no está en nuestras manos repetirlo.
Dentro de cinco días el colegio será parte del pasado.
A simple vista no pasa nada: es otra etapa.
Pero sí que pasa.
Pasa porque el colegio ha sido,no solo la primera,sino la única etapa.
Creo que no existe ningún recuerdo sólido antes del colegio ni para mí ni para ninguno de mis compañeros.
No voy a llorar.
No porque no me dé pena,sino porque las lágrimas mas duras son las que se quedan dentro.
No son lágrimas de dolor,de tristeza o de rabia: son las lágrimas de la resignación, de aquello que duele pero irremediablemente se acerca, algo que ya está avisado y que, tarde o temprano se ha de aceptar.
En este momento me encantaría volver atrás, tener seis años y jugar a las muñecas, tener doce y pasar tardes estupendas tirada en un banco comiendo pipas con mis amigas, riéndonos por cualquier cosa, tener catorce o quince y volver a "esas tardes de modaa!!" creyendonos auténticas divas en las discotecas light, o, sobretodo, volver a los 16,a 1º de bachillerato,a las primeras salidas nocturnas,las primeras confesiones amorosas,las primeras borracheras,las conversaciones de verdad,la felicidad de sentirse uno más entre un millón,pero no querer ser otro,no querer otra vida que la tuya.
Volver a vivirlo todo de nuevo,o ser otro y vivir su vida de adolescente, aparentemente distinta en situaciones,pero seguro que muy parecida en cuestión de sentimientos.
Pero todo eso se acabó. Dentro de cinco días el cole se habrá terminado.
Terminado para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario