...intentando seguir creyendo en las hadas...

domingo

Momento de superación

Esperando a experimentarlo...


No sé... yo a veces también, aunque miento por decir solo a veces, pero es así.

Fue aquella historia que siempre contarás como experiencia, siempre adrenalina, la tensión que se respiraba en el aire y jamás se ponían las cartas sobre la mesa, o bueno... tal vez sí, se contaba todo; el problema era la tardanza para hacerlo porque provocaba espera, autodestrucción, impotencia, y al final... cansancio.

Siempre he pensado que tengo que luchar por lo que quiero, pero cuando lo que quiero me dice que no lo haga... vuelve a cambiar todo, pero créeme que lo intenté, que te recordaba con cada canción, con cada película, en cada lugar...

No sé si fue orgullo o impotencia, o tal vez era el dolor quien estaba acabando conmigo, asique acabé con todo esto, aunque me de cuenta de que no del todo, porque yo a veces, o no solo a veces... también.

La verdad es que son cosas que pasan, llegan de forma inesperada, cuando ya tienes todos tus planes hechos y esto no entraba en ellos, lo mejor es dejarlo pasar, pero... ¿sabes? lo considero un imposible, o más bien... un accidente afortunado

Es bastante curioso el comienzo de algunas cosas, esas que nunca habían entrado en tus planes, en las que jamás habías pensado, por las que nadie habría apostado... Pero ahí están, llegan, y lo hacen en el momento menos esperado, mientras esperas el autobús o caminas hacia clase... las miradas. Estas desempeñan muchas veces un papel muy importante, y por ellas uno es capaz de aclararse en una décima de segundo, y todo aquello que habías planeado, todas las estrategias que habías pensado... se rompen, porque ya no importa nada, porque ya no quieres darle mas vueltas a todo aquello que te ha hecho daño: el pasado.
 Y con una mirada alguien puede transmitirte lo que tanto tiempo andabas buscando: felicidad, aquello que llega sin avisarte y con quien menos te lo esperas. Todo llega.

Muchas veces, o más bien siempre, llegaba tarde a sacar esa conclusión; siempre duraba meses, fríos meses, alguna vez llegaron a ser años.
Tenaz, me quedo parada frente a la puerta cerrada hasta que mis ojos se congelan, hasta que me quedo sin aliento, al borde de la locura, ¿sabes? si Dios te puso en mi camino (ahora, a la larga, cuando he conseguido olvidar...) sé que fue por algo, sé que nunca llegaste a sentir lo que yo sentía, pero conseguí otras cosas: ser más paciente, llevar una sonrisa cuando estaba en la profundidad, hacerme fuerte, querer, rezar para que al menos uno estuviera bien.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario